Ricardo Silvio Caputo: Caito, el mendocino asesino de mujeres

“Caito”, el mendocino que asesinó a cuatro mujeres y se entregó en un programa de TV Ocurrió en los Estados Unidos de Norteamérica, en la década de los '70.

Policiales13/02/2023 Eduardo Luis Ayassa

pop130414-016f01jpg ¿Mató usted a Natalie Brown?.
Sí, señor — respondió el hombre.
¿Mató a Judith Becker?
Sí, señor.
¿Mató a Bárbara Taylor?
Sí, señor.
¿Mató a Laura Gómez?
Sí, señor.
Así comenzó la entrevista del programa Primetime Live, emitido por la Cadena ABC en horario central, donde el mendocino Ricardo Silvio Caputo le respondió al periodista Christopher Wallace.

Sentado frente a las cámaras, Caputo puso fin a los casi 20 años de estar entre los asesinos seriales más buscados de los Estados Unidos.

Al término de la entrevista fue detenido, a cambio su familia cobró una importante cantidad de dólares por la exclusiva.

Más tarde, en juicio oral, fue condenado a 25 años de cárcel. Ricardo Silvio Caputo nació en la Cuarta Sección de la ciudad de Mendoza en el año 1949 y murió 48 años después como resultado de un infarto fulminante cuando estaba encerrado en la prisión de Attica, en el Estado de Nueva York.

“Caito”

Aquí, su familia y los amigos lo llamaban “Caito” sin embargo, en los Estados Unidos de Norteamérica, donde vivió desde los 20 años, el FBI lo buscaba bajo la identificación de “Lady Killer” es decir, asesino de damas. Y el sobrenombre no es casual porque este mendocino mató por lo menos, tres mujeres en los Estados Unidos de Norteamérica y una en México.

Las víctimas fueron identificadas como Natalie Brown, de 19 años, Judith Becker (26), Bárbara Ann Taylor (28) y Laura Gómez, de 23.

Se entregó a las autoridades el 9 de marzo de 1994, finalizando así una búsqueda de más de 20 años con la que Ricardo Silvio Caputo cerró uno de los capítulos más macabros en la historia del crimen en Estados Unidos.

Caso por caso

A Natalie, la conoció en una pensión, donde trabajaba ilegalmente (solo tenía visa de turista), pero el idilio duro poco más de un año, cuando a fines de julio de 1971, la joven decidió romper la relación con el argentino. Y ahí, en el mismo lugar que compartían, la acuchillo, para acabar con su vida, la estranguló.

Este hecho lo llevó a llamar a la policía que lo detuvo después de confesar: “acabo de matar a mi novia”.

En el juicio que le dio continuidad a la historia fue declarado inimputable, al ser considerado por los médicos como un enfermo “esquizofrénico”. Y en vez de la cárcel, Caputo fue internado en un hospital neuropsiquiátrico en la ciudad de Beacon, ubicada en el condado de Dutchess, dentro del estado de Nueva York. Y en ese encierro conoció a Judith Becker, una psicóloga de 26 años, hasta 1973 se convirtieron en pareja, relación que sólo duró un año: en octubre del año siguiente Caputo fue a la casa de su novia y, luego de darle una brutal paliza, la ahorcó con una media, dejando su cuerpo desnudo sobre la cama.

Pero ahora no confesó el crimen, sino que escapó a California, en el otro extremo del país del Norte, donde uso una de las 17 identidades falsas, esta vez a nombre Ricardo Donoguier.

Con ese nombre y haciendo retratos a lápiz y en las calles conoció a Bárbara Taylor, cajera de un cine. Fue una relación que nació rápidamente, pero que no duró más de un año, donde incluso hubo una separación “de común acuerdo”, y que terminó de la peor manera para la joven que fue muerta a golpes utilizando como arma un par de botas tejanas.

Después volvió a escapar, esta vez cruzó la frontera y se instaló en la ciudad de México, donde conoció a Laura Gómez, una estudiante universitaria de 19 años, a la que mató usando una barra de hierro con la que la golpeó reiteradamente.

En esos años, además “Caito” estuvo casado dos veces. Primero con una cubana de nombre Felicia Fernández, a la que abandonó con un hijo y después con Susana Elizondo, relación esta que se prolongó por más de 10 años y con la que tuvo 4 hijos.

La confesión

Las crónicas hablan de que pese a ser un hombre buscado por la policía, Caputo logró salir de los Estados Unidos hacia la Argentina y aquí, en la casa que lo vió nacer, ubicada en la Cuarta Sección mendocina, le contó la triste historia a su madre, a la que no veía en 20 años.

Asesorado por un abogado mendocino, Caputo volvió a Nueva York y relató su pasado, durante una entrevista “pactada” por televisión, confesando haber matado a sus cuatro novias, pero negando ser el autor del homicidio de otras dos mujeres, como sospecharon las autoridades.

Inmediatamente, al término del programa, Ricardo Silvio Caputo (a) Caito fue detenido y condenado a 25 años de cárcel, donde murió de un infarto.

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