Preocupación por disminución de exportaciones de vinos argentinos

por Bodegas de Argentina

Opinión14/07/2023Periodistas CuyoNoticiasPeriodistas CuyoNoticias

bodegas de argentinaLas empresas socias de Bodegas de Argentina, queremos expresar a las autoridades nacionales, provinciales y a la opinión pública en general nuestra preocupación por la situación que presentan las exportaciones de vinos, habiendo transcurrido la mitad del año 2023.

Situación que calificamos como crítica, evidenciada por las diminuciones de ventas y el impacto en la relación con los clientes, como consecuencia de las demoras en los pagos al exterior. Esto se traduce en menor nivel de
actividad de las empresas y afecta a toda la cadena de valor de la industria del vino.


1. Considerando que:
Durante el primer semestre, según datos del INV, las exportaciones cayeron en un
26,8% los vinos fraccionados y un 44.5% los vinos a granel. Lo que totaliza una
disminución del 31.7% en el volumen total de vinos despachados al exterior.
Los mismos datos llevados a la facturación representan una disminución del 20%
para los fraccionados, del 32.3% para los graneles y del 21% para la totalidad de las
exportaciones de vinos.


Las caídas de volumen y facturación citadas se deben fundamentalmente a la falta
de competitividad del tipo de cambio, frente a los incrementos de costos que han tenido
los componentes de los productos (insumos de packaging, materias primas, mano de
obra y gastos en general). A La situación generalizada de la macroeconomía, con costos
que se incrementan al 150% de manera interanual, debe sumarse la situación particular
de nuestra industria donde, una cosecha baja en volumen, disparó los precios de las
uvas a valores que superan el 200% y el 300% mayores a los de la cosecha 2022.
Costos que suben a tasas de 3 dígitos y un tipo de cambio cuya variación, si bien se
aceleró en el último tiempo, siempre fue menor que aquellos, generan un escenario de
caída de rentabilidad generalizada de los productos. En este sentido, se ven más
afectados lo que tienen rentabilidades más bajas, es decir los de menor precio y más
volumétricos.

El Programa de Incentivo a las Exportaciones (Dólar 300) no resultó de fácil acceso a
las bodegas. Las condiciones de ingreso no generaron incentivo alguno para exportar en
mejores condiciones cambiarias.
Esta falta de competitividad la venimos reclamando en los últimos 2 años,
solicitando primero la quita de retenciones (4,5%) y luego con un TC especial para las
economías regionales. Ha sido muy difícil para las empresas sostener sus productos en
los mercados de destino y este es el resultado. Menores exportaciones en volumen y en
facturación.


A lo descripto, debemos sumar lo que está sucediendo con las restricciones de
transferencias al exterior, ya sea para para importar insumos o pagar servicios. Somos
una industria que exporta productos finales y debemos abastecernos de insumos
importados y abonar a nuestros clientes y distribuidores sus comisiones por ventas,
acciones de promoción y publicidad, servicios de marcas, asistencia a ferias
internacionales, asesoramientos, etc. El incumplimiento de pago en estos conceptos,
genera falta de incentivos comerciales en los puntos de ventas. El mundo del vino es
muy competitivo y la ausencia de estos incentivos se traduce en menores ventas.
Nos resulta muy difícil desarrollar un mercado. Requiere de años de inversión
sostenida. Más difícil nos resulta sostenerlos en las condiciones descriptas. Las bodegas
argentinas han realizado grandes esfuerzos para no perder lo construido, pero llevan
mucho tiempo exportando en condiciones que claramente les son desfavorables.


2. Ante la situación descripta solicitamos una revisión y actualización del Plan de
Incentivo a las Exportaciones (PIE)
a. Eliminar la obligatoriedad de acceso a precios justos. En el caso del vino,
las mejoras en el tipo de cambio de ninguna manera impactan en el
mercado local. La oferta exportable y los mercados son totalmente
diferentes.


b. Incrementar el Tipo de cambio del programa PIE. Actualizar el valor del
tipo de cambio al que se liquiden las exportaciones, es decir, aumentar
los $300/usd del plan actual y eventualmente variabilizarlo para que
evolucione con el TC oficial, sin desalentar el uso del PIE por el transcurso
del tiempo.


c. Extender la ventana de tiempo para las operaciones. La lógica del negocio
exige, unos 45 días para despachar la mercadería solicitada por los
clientes, a lo que debe sumarse otros 90/120 días para el cobro de las
mismas. Es decir que estamos en unos 160 días de tiempo desde el inicio
hasta el final de la operación. Si bien existe la posibilidad de pre
financiamiento en dólares del exterior (como indica el decreto original),
no es accesible para los más de 400 exportadores vitivinícolas de nuestro
país.

d. Beneficiar con el nuevo TC a todas las cobranzas pendientes de ingreso y
liquidación.


e. Agilizar pagos al exterior:
i. SIRASEs. La falta de pagos de servicios al exterior, nos genera
incumplimiento en los contratos y compromisos asumidos. Las
consecuencia consecuencias son:
1. Falta de incentivos en los puntos de ventas.


2. Demoras en los pagos de los clientes, que nos ponen al
límite con los plazos para el ingreso de divisas.


ii. SIRAs. La falta de abastecimiento de insumos importados lleva a
las empresas a situaciones de improductividad y afecta el
cumplimiento de los tiempos de entrega acordados con los
clientes del exterior.

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